quarta-feira, 4 de maio de 2011
Incontornável
EL MAL DE AUSENCIA
Se aguanta mal el mal de ausencia y se llevan todavía peor las emmiendas a las ausencias inevitables, las causadas por razones políticas, amorosas o sociales. Nadie es profeta en su tierra ní capitan de su tiempo, y nadie, tampoco, acierta a arbitrar ni su andadura ni su comedimiento. Philipe Destouches pensaba que los ausentes siempre se equivocan y Jules Renard lo repiete precisando que el error se comete al volver. El paso del hombre sobre la faz de la tierra no acontece acorde con pautas previstas de antemano, sino según las misteriosas inercias del destino. Un hombre va de aqui para allá, es empujado a pisar caminos remotos, va sembrando de hijos y tambien de ilusiones su viaje, y un buen dia, casi sin darse cuenta ni pensarlo siquiera, descubre que es viejo y esta rodeado de otros viejos tambíen descarados y alborotadores; ese mismo hombre apunta en un cuadernito las ausencias y no sabe nunca si es la muerte o el azar quien las ocasiona. Una heroína del poeta Verlaine ignoraba que el infierno es la ausencia.
Sí; se resiste mal el mal de ausencia, ese desorientador castigo del alma que, en no pocas circunstancias y situaciones, hubiera preferido no ausentarse jamás. Es muy duro y mui difícil escribir sobre la dolorosa enfermedad del exílio, esa dromomanía que no le deja a uno tiempo ni para morir.
- Usted piensa que el ausente no debe volver para no marrar?
- Si. Yo pienso que el ausente no debe parar jamás, yo creo que el ausente debe desaparecer caminando cada vez más lejos y siempre en silencio.
(20 de Mayo de 1994)
Camilo José Cela, in "El Color de la Mañana" (Ed.Espasa, 1996)
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de encontro ao trono, ao tronco ou ao torno? diz o ruivo do pedra
ResponderEliminarcomentário irrelevante, confessa a pedra do ruivo
ResponderEliminarrectificação efectuada. disfunção motora? provavelmente
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